Las mezclas se clasifican en dos tipos:
Mezclas homogéneas: sus componentes no se pueden distinguir a simple vista. Es decir, tienen una apariencia uniforme (una sola fase).
Por ejemplo, las mezclas de un líquido con un sólido soluble (agua con sal), las mezclas de líquidos miscibles (agua con alcohol etílico).
Mezclas heterogéneas: sus componentes sí se pueden distinguir a simple vista. Es decir, tienen porciones de apariencia distinta (varias fases).
Por ejemplo, las mezclas de un líquido con un sólido insoluble (agua con tierra) y las mezclas de líquidos no miscibles (agua con aceite).